Sobre trainings y comunicación
Os hemos hablado una y otra vez de las infinitas oportunidades que ofrece el programa MACH y de que es prácticamente abrumador lo que invierte esta empresa en nuestra formación para convertirnos en “profesionales de provecho”. Hoy me gustaría hablaros algo más sobre un ejemplo concreto y bastante representativo, para que os hagáis una idea más clara de a qué nos referimos. Es el caso del curso de comunicación con Adriana Kaplan (no os preocupéis que yo tampoco sabía quién era antes de esto) en el que todos los MACHs de MS Spain tuvimos la suerte de participar el pasado mes de marzo.
Adriana Kaplan es una de las más reconocidas expertas en comunicación de nuestro país. Ha colaborado con la mayoría de los comunicadores de referencia del panorama nacional y es coach personal y habitual tanto de presentadoras de la tele como de altos ejecutivos de algunas de las empresas más importantes de España. Adriana trabaja codo con codo con estos profesionales, para los cuales la comunicación es un aspecto clave, mejorando y perfeccionando sus habilidades de presentación e interacción con el público.
Y es que Adriana sabe de comunicación. Gran parte de la case consistió en una interesantísima conversación sobre la importancia de la comunicación, sobre las cualidades que distinguen a los buenos comunicadores y sobre el hecho de que en esta vida la espontaneidad nunca es suficiente. La naturalidad y soltura que muestra un presentador, un político o un ejecutivo durante cualquier presentación, suele ser directamente proporcional a las horas invertidas en su preparación. Si se quiere causar un impacto determinado en una audiencia concreta, la preparación milimétrica del mensaje, el lenguaje verbal y corporal, y la imagen son determinantes.
Pero sin duda lo más memorable de Adriana , lo que más llama la atención la primera vez y uno de sus mayores valores a largo plazo, es su honestidad brutal. Adriana es directa, sincera e impactante. Adriana no conoce los eufemismos, la condescendencia ni las medias tintas. Adriana te dispara la imagen que ve de ti de una forma tan llana que sorprende, asusta y fascina al mismo tiempo. Adriana persigue impactar y hacer reaccionar y consigue que no salgas de la clase de la misma forma que llegaste. Su objetivo es que consigas observarte a ti mismo como un espectador más y sus palabras no son más que un espejo determinado. Si no te gusta ese reflejo es cosa tuya, como también la importancia que le des y lo que hagas para cambiarlo. Puede ser más o menos difícil, pero siempre es enriquecedor.
Ocho horas con Adriana Kaplan son un lujo al alcance de muy pocos y, si bien las impresiones y las opiniones a la salida fueron de lo más variado, os puedo asegurar que a ninguno nos dejó indiferente. No solo nos regaló una colección de anécdotas y frases memorables que automáticamente han pasado a formar parte de nuestro repertorio habitual, si no que nos armó con una renovada capacidad autocrítica y unas buenas dosis de autoconocimiento que seguramente serán determinantes en nuestro futuro profesional y que, en cualquier caso, nunca vienen mal. Por lo general todos nos quedamos con ganas de más y muchos ya ansiamos el segundo asalto.
...Y por si acaso lees esto, Adriana, muchas gracias, esperamos volver a verte pronto...