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Todos los caminos conducen a Microsoft

Siguiendo las buenas costumbres de este blog, comenzaré presentándome. Me llamo Beatriz, tengo 27 años y soy MACH en Microsoft desde Enero de 2014. Antes de nada tengo que hablaros un poco sobre mí. No es que sea mi tema de conversación preferido, pero dado que el objetivo principal de esta iniciativa es que conozcáis todo lo que implica ser MACH y cómo hemos llegado hasta aquí, me daré por vencida y empezaré por el principio…

Nací y crecí en Badajoz, rodeada de familia, amigos y aire puro. A los 18 años decidí mudarme a Madrid para estudiar Ingeniería Aeronáutica en la UPM, seguir creciendo y vivir una sarta de experiencias y aventuras (ver fotos) que han dado como resultado a mí misma y un puesto de TAM (Technical Account Manager) – MACH dentro el área de Servicios de Microsoft. ¿Y qué es un TAM? Simplificando mucho, os diré que es la persona responsable de los servicios de soporte que se ofrecen a los clientes más exigentes.

La pregunta que más me han hecho en los últimos meses es por qué estoy aquí siendo Ingeniera Aeronáutica. Y la respuesta más sincera es que Microsoft es una oferta imposible de rechazar. Hablamos de una empresa única en el mundo, relevante, emblemática y excepcional para trabajar. No hay otra empresa ahora en España que ofrezca, al mismo tiempo, la oportunidad de desarrollar una carrera dinámica, internacional, desafiante y motivadora, toda la formación y los recursos que puedas necesitar y unos beneficios sociales innumerables. Y si, además, puedes ser MACH (desarrollo personal, experiencias, comunidad, eventos al alcance de muy pocos, etc.)… hay que estar un poco loco para no lanzarse de cabeza

El proceso de selección es otro tema recurrente. En mi caso fue breve pero intenso. Las pruebas fueron largas y exhaustivas, con mucho jefe fichando, pero fueron pocas y en menos de dos semanas estaba celebrando mi nuevo puesto. Es cierto que los procesos aquí suelen ser largos y complicados, pero merece la pena dividir los mares que hagan falta para asistir, porque os aseguro que son una experiencia en sí mismos. Las personas son la gran fortaleza de esta empresa y, una vez estás dentro, en seguida te das cuenta de que estás rodeado de gente excepcional.

¿Y ahora qué? Desde que llegué a esta empresa no he hecho otra cosa que aprender, y preveo que continuará siendo así por mucho tiempo. Hace unos meses ni siquiera tenía del todo claro qué era un servidor ni todas los significados que puede tener la palabra “networking”, sin embargo ahora soy el trusted advisor para mis clientes, me siento cara a cara con ellos y les asesoro sobre sus entornos IT. Pero que no cunda el pánico, en esta vida todo se aprende. El puesto de TAM requiere un proceso de aprendizaje y adaptación largo e intenso para cualquiera y si eres MACH todavía más. Tenemos MSSU, Welcome Experience, TechReady, BootCamp, Skill-Up varios y muchísimos cursos más. Hay que viajar, ir a clase en todas sus variantes, estudiar, certificarse de muchas cosas, hacer shadowing, conocer gente, preguntar constantemente, etc. Representar a la empresa de cara a los clientes en una gran responsabilidad y por aquí nadie te empuja del avión sin paracaídas.

Para mí, este es el nuevo gran reto en mi vida y estoy dispuesta a dar lo mejor de mí misma y seguir mejorando cada día. Porque me encantan los retos. Me gusta ponerme a prueba y confirmar una y otra vez que, en realidad, no hay límites más allá de los que nos ponemos nosotros mismos. Lo que sí que hay son obstáculos, y es importante ser capaz de reconocerlos y tener el arrojo necesario para enfrentarte a ellos y superarlos. Así es como entiendo yo esta nueva aventura y me enfrento a ella con pasión, optimismo y
determinación. Porque así somos los MACHs. Como diría mi compañero David, como los ñus en primavera.

Y es que para ser MACH lo importante no es lo que has hecho hasta ahora, si no lo que puedes llegar a hacer. Se busca potencial, dinamismo, versatilidad y frescura (no es que yo haga la selección, pero son cualidades que reconozco en todos y cada uno de mis compañeros) para aportar valor a la compañía en el largo plazo. Hay muchas decisiones difíciles en esta vida, pero ser MACH no es una de ellas. Si se te plantea la oportunidad, no lo dudes, ya sabes la respuesta.